Seguro que cuando los moriscos, ahora hace 400 años, leyeron el edicto publicado por el rey Felipe III se pusieron muy contentos. Es más, si el rey les hubiera dado más tiempo para recoger los 4 “calzoncillos” antes de mandarlos de una patada a África, no dudo que le hubieran construido un monumento para el recuerdo. De cartón y piedra, eso si, porque ya se sabe que los moriscos, además de vestir extraño y de ser bandoleros y salteadores de caminos, eran muy ordinarios, ciudadanos de segunda clase, vamos, como ahora los gitanos.
Ironías a parte, la expulsión de los moriscos hubiera sido divertidísima sólo bajo una condición: no haber ocurrido. Pero no se pueden pedir peras al olmo, ya saben que los peces gordos de antaño (y algunos actuales también) en vez de mirar por la limpieza de sus conciencias, se preocupaban por la de su sangre. Empezando por la siempre tolerante y pacifica iglesia, claro.
Película recomendada:
Expulsados: la tragedia de los moriscos
(http://www.youtube.com/watch?v=ZMwKAwH9EwA)
Libro recomendado:
Todos son uno. Arquetipos, xenofobia y racismo. La imagen del morisco en la Monarquía Española durante los siglos XVI y XVII, de Perceval, J.M.
Links de interés:
- www.1609-2009.es
- www.webislam.com
- www.materialesdehistoria.org
- www.josemariaperceval.com