domingo, 1 de marzo de 2009

Que sean tópicos, pero no típicos



Con la llegada de la exposición “Sorolla.Visiones de España” a Barcelona y mi revisión tardía de la portada de diciembre del Vogue USA, con una Penélope Cruz y un Cayetano Rivera Ordoñez muy made in Spain, parece casi inevitable que hoy mi blog caiga en el mayor de los tópicos: el de hablar de ellos.

Hay que huir de los tópicos.

¿Cuántas veces habremos escuchado esta frase? Muchísimas.

¿Cuántas veces nos han dicho como se huye de esos extraños persecutores? Ninguna.

¿Y eso por qué? Yo les daré la respuesta.

Nadie lo sabe. Nadie sabe, ni los más ilustres escritores o cinematógrafos, como deshacerse de ese sistema silencioso de códigos culturales que vamos adquiriendo a medida que vamos creciendo. ¿Cómo deshacernos de la idea del francés con boina y bohemio o del alemán cabeza cuadrada? Cómo quitarles de la cabeza a los extranjeros que los toros no són el deporte nacional de España, y que no todos los españoles hacemos siesta ni bailamos flamenco?

No podemos cerrar los ojos ante lo que es una evidencia: los seres humanos somos robots con dos funciones irreversibles: la de etiquetar y la de encasillar. Tenemos esa necesidad de tener todo lo que está a nuestro alrededor identificado y perfectamente ordenado. Así, del mismo modo que colocamos los sujetadores y las bragas en el cajón de la ropa interior, a los españoles nos meten en el apartado de la fiesta y el folklore.

Y ustedes se preguntaran: ¿esto es malo? Bajo mi humilde punto de vista, esto es malo en el momento en que los tópicos, de tradición a veces inmemoriable, no se ajustan a la realidad cultural presente. Porque no me negaran que el tópico del mexicano durmiendo bajo el sombrero de charro está ya muy desfasado... También es malo cuando de 4 casos concretos hacemos reglas universales. A modo de ejemplo, ¿se han fijado que siempre que se hace un retrato de España, ilustran básicamente Andalucia? Claro, es más fácil venderles este exotismo a los extranjeros, que no explicarles que España es un país variado, lleno de contrastes.

Y como prueba de que los tópicos venden, sólo hay que fijarse en las tiendas de souvenirs de las Ramblas, o en la aceptación taquillera y el óscar logrado por Vicky Cristina Barcelona.

En definitiva, no podemos huir de los tópicos, pero si que podemos (debemos) cambiarlos por otros más actualizados. Que sean tópicos, pero no típicos, vamos.

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