sábado, 23 de mayo de 2009

Observaciones en el tren (II)

Ahora me fijo en un “rastafari”. Es un chico de color, alto y delgado. Viste una túnica muy colorida y lleva un aro en la oreja. Me recuerda a Bob Marley. Duerme como un niño después de un intenso día de “cole”. Entre sus manos lleva como una especie de saco lleno de figuras de madera. Debe venderlas. Ahora justo se le acaba de caer a un lado la cabeza. Pero ni se entera. Las chicas con las que comparte mesa, se ríen. Centro mi atención en ellas, en su conversa. Hablan de una fiesta en la que al parecer hubo, rollos, cuernos, sexo y borracheras. Una dice que “pilló un pedo tremendo”, otra, que estuvo ahí para verlo, lo ratifica y añade que “potó toda la pizza encima de su ropa” (¿por qué tienen que decirlo tan fuerte? ¡Que desagradable!). La tercera acaba preguntando: y con Toni, ¿como acabo la cosa? Atención a la respuesta: “pues espero que no con un embarazo”, contesta la del “pedo tremendo”. I se ríen a carcajadas. Yo me pregunto cual es el chiste. ¿Es que acaso emborracharse y poder tener accidentalmente un hijo es divertido? No quiero escucharlas más. Temo que lo próximo que digan sea que cogieron el coche ebrias y fueron a 160. ¡Ay que diría si lo oyera la abuelita que esta cerca de ellas! Digo si lo oyera, porque además de estar muy concentrada haciendo crucigramas, padece problemas de sordera. Lleva dos sonotones, uno en cada oreja. De pronto, pienso en mi abuela, y en el bocadillo que me ha preparado. Llevo 1 hora metida en el tren y empiezo a tener hambre. Llegamos a la estación de Tarragona. Mucha gente baja. Otra sube. De repente, un olor a perfume de vainilla supera el olor a chorizo que desprende mi bocadillo. Intento adivinar de donde la señora de la peluca al estilo Sara Montiel? ¿viene. Descarto a los hombres. También a la chica que tengo delante y que huele a eau de “cigarrettes”. ¿Será la joven con una camiseta con las famosas iniciales D&G que acaba de llegar? Acabo descubriendo quien es cuando la chica D&G se levanta y pasa por mi lado para irse. Hubiera preferido no descubrirlo y disfrutar más de aquel olor tan agradable. Pasa el revisor. Me pide el billete. Se lo doy. Suena mi móvil. Es mi madre. Quiere saber a que hora llegaré. Me da la sensación de que todo el mundo está atento a nuestra conversación. Cuelgo.
continuará*

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